El Bonito, hacia el Norte - Spanish Food Revolution
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El Bonito, hacia el Norte

En la costa de Santander encontramos a uno de los protagonistas de este verano. Su nombre es Bonito y veranea todos los años en la ciudad cántabra. Su presencia complace a muchos santanderinos y turistas.

Solo sabemos su nombre y poco más, cuéntenos Bonito, ¿de dónde viene y por qué a Santander?

Puedes tutearme, estamos entre amigos. Bien, vengo de  un poco lejos. Nací cerca de las aguas de las Azores, allí estoy todo el año, exceptuando los meses de mayo, junio, julio y agosto. Es decir, los meses de verano. Ahí es cuando vengo a aguas del Cantábrico.

Lo que más me gusta de Santander es el trato. Llega un momento en la vida en que tienes que compartir muchas cosas con otras personas: vida, casa, trabajo, beneficios. Mi padre, que también se dedicaba a tratar con la gente, siempre me decía que hay que morir ya viajado y contento. Muy contento.

Has dicho que vienes de cerca de las Azores pero, especifica, ¿de la superficie o de las profundidades?

Siempre estoy en la superficie de las Azores. Respiro mejor. Conozco a otros que viven en las profundidades, pero no es lo mismo. Además, así cuando la gente me necesita y viene a pescarme no es tan difícil. Peso 10 kilos en algunas épocas, prefiero ponérselo fácil.

El bonito de El Machi.

¿Cómo te pescan entonces?

Hay varios métodos para encontrarme.  Depende del fin. He conocido maneras diferentes: a veces me pescan con amigos cuando estamos, por ejemplo, de charla. O también por separado, que es algo más profesional porque sabes dónde te diriges.

¿Dónde vas a tener el gusto de quedarte estos meses?

Soy muy inquieto. Me gusta volver a todos los sitios donde se me ha tratado bien. Soy cliente habitual de El Machi, luego me hice  de Días Desur y este verano me quedaré también en La Caseta de Bombas. Es importante estar a gusto para poder hacer bien tu trabajo.

¿Y de qué vas a vivir, de qué te nutres? 

Esta pregunta es graciosa. Me nutro de amigos. Es importante la amistad para todo en la vida. Por eso siempre me junto con sardinas, anchoas o jureles. Todos los planes con ellos me salen a pedir de boca.

¿Qué haces para quedarte? En estos meses, Santander se llena de turistas, ¿qué hace que tu presencia destaque sobre otras?.

La manera de presentarme. A lo largo de los años he ido cambiando, soy polifacético. En algunos lugares me presento encebollado. Es una manera común y tampoco tengo que hacerlo con gente de paladar fino. Solo estoy yo con un poco de cebolla, que es lo que le da el toque especial. Como Epi con Blas u Oliver con Benji. Otras maneras que tengo de presentarme es a la plancha, me doy algunas vueltas por allí para dejarme ver, o en marmita. Aquí soy menos libre, estoy dentro de un objeto metálico con más cosas en el interior, patatas por ejemplo, pero disfruto y disfrutan conmigo igual.

¿Cómo son los viajes cada verano?

Todos los años son iguales, pero disfruto con mi trabajo. Cuando tu trabajo se basa en hacer feliz a mucha gente, da igual que sea verano o invierno. A la época en la que yo vengo a Santander le llamo «costera del bonito». Puede ser algo muy egocéntrico, pero en realidad también es una forma de cogerlo con ganas. No son vacaciones, pero como si lo fueran.

¿Cuánto tiempo tienes pensado quedarte?

Como ya dije, suelo estar todo el verano. Es cierto que a veces alargo el viaje y me quedo hasta octubre. Este año no lo he pensado todavía, pero con lo bien que me tratan en los restaurantes de aquí, es posible que mi presencia continúe más.

¿Cómo podemos disfrutarte el resto del año?

Tampoco es difícil. Aunque yo esté a kilómetros, los ocho meses restantes del año podéis encontrarme en cualquier lugar que vendan conservas de mí, es decir, conservas de bonito en aceite de oliva, por ejemplo. Puede parecer otra vez que soy algo egocéntrico teniendo por ahí conservas propias, pero me debo a mis clientes.

¿Qué te espera en tu vuelta a las proximidades de las Azores?

Más trabajo. Pero con mi familia. Cuando yo vengo a Santander, mi mujer o mis hermanos mayores me acompañan. Tengo 3 hijos que se quedan allí en verano. Todavía no conocen Santander, pero dentro de poco les tocará venir a ellos y continuar con esto.

Después del buen sabor de boca que nos ha dejado esta conversación estamos seguros de que nos acercaremos al El Machi, Días Desur o La Caseta de Bombas para poder disfrutar aún más de la compañía de Bonito, que siempre es un placer para todos en los meses de verano.

 

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